Título: Amor nocturno - Autor: Liz

La pluma recorre su pezón, acariciando la piel de su pecho, haciéndola estremecerse.
Samantha mira a Lucas con los ojos entreabiertos, sonriéndole. Pero la sonrisa se
convierte en un gemido cuando Lucas deja la pluma y la sustituye por sus dedos y su
boca, apresándole un pezón entre los dedos y el otro con los dientes, lamiéndola y
alternando suaves mordiscos con succiones que convergen en la entrepierna de
Samantha, humedeciéndola.
Grita su nombre entre espasmos de placer, nota cómo se le acumula todo en el vientre y
allí, tan adentro que puede llorar de frustración porque no es suficiente, necesita más
fricción, más de todo.
Lucas parece leerle la mente, porque empieza a deslizarse por su cuerpo, guiado por los
dedos de Sam enredados en su pelo, ambos están igual de desnudos así que al placer que
siente Sam en cada rincón que lame y besa Lucas tiene que añadirse el que siente al
notar el calor de su erección clavándose en su muslo, marcándola con la pasión que
siente Lucas por ella.
Aunque en estos momentos está centrado en su placer, en ayudarla a alcanzar el
orgasmo, así que chupa su ombligo, sosteniéndola por las caderas para que no se arquee
más de la cama, sonriéndole entre mordisco y lamida.
Pero pronto llega al destino que ambos deseaban, y la mira con la cabeza entre sus
piernas, Sam no puede ni llegar a imaginar lo bella que está en esos momentos, sus
mejillas enrojecidas, los labios hinchados por los besos anteriores y por mordérselos
entre gemidos, y el pelo desordenado sobre la almohada.
Lucas no puede esperar más. Separa su sexo con los dedos, centrándose primero en su
clítoris. No puede evitar restregarse contra ella cuando empieza a masturbarla, a este
paso se acabará corriendo sobre ella como un adolescente.
Lame su clítoris con suavidad, creando eses imaginarias sobre él. Sam separa más las
piernas, dándole una pequeña patada con el pie, Lucas no puede evitar reír algo
desesperado.
Sigue saboreándola, ahora jugando también con sus dedos, penetrándola sólo con uno
para mantenerla más tiempo en el abismo, hipnotizado por los gemidos y los
movimientos de placer que hace Samantha con cada gesto suyo.
Cree que ha imaginado lo que le ha dado en la cabeza pero deja por un momento de
acariciarla y lo ve, un envoltorio de colores sobre el colchón. Mira a Samantha, que
sacude la cabeza, apoyándole una pierna sobre los hombros.
- Hazlo ya, quiero correrme contigo.
Lucas sabe que no aguantará ni cinco minutos una vez se vea envuelto por el cuerpo de
Sam, por eso la ha llevado hasta el límite, así que se coloca el condón, cubriéndola con
su cuerpo, besándola en la boca para que pueda saborearse a sí misma.
Gimen al unísono cuando Lucas da la primera embestida y se hunde hasta el fondo,
balanceándose el uno contra el otro en una mezcla de sudor y extremidades.
Lucas es el primero en correrse, gritando su nombre, pero ha seguido masturbando a
Sam con el pulgar así que ella le sigue de cerca, estrechándole con fuerza.
Lucas sale de su cuerpo con cuidado, atando el condón sin mirar dónde lo tira,
suspirando satisfecho cuando Samantha se acurruca junto a él.
Le besa la frente, nota su sonrisa en su hombro, pero ninguno de ellos vuelve a decir
nada, dejando que la saciedad y la noche los arrastre hasta el mundo de los sueños.

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